Cómo empezó la moda de tomar el sol
Antiguamente el tener la piel blanca era un símbolo de distinción y de riqueza entre las clases altas y los aristócratas, ya que se resguardaban del sol bajo las sombrillas y los sombreros. En cambio, la clase obrera tenía la piel bronceada debido a su trabajo bajo el sol durante largas horas.
Fue a principios del siglo XX cuando se empezó a descubrir que el sol poseía muchos beneficios para la salud y se comenzaron a recetar “baños de sol” para curar ciertas enfermedades relacionadas tanto con el aspecto anímico como con el estado físico.
En la década de los 20, Coco Chanel y Josephine Baker fueron precursoras de la piel bronceada y establecieron un hito dentro de esta moda que empezaba a surgir. Esta tendencia se divulgó por toda Europa y marcó un antes y un después en cuánto a este estándar de belleza.
Cómo conseguir un efecto bronceado todo el año
Si bien es verdad que la forma más conocida de broncearse es tomando el sol en una playa o en una piscina, incluso por la calle, se puede decir que no es la única forma de lucir este efecto que llama la atención de tantos.
Hoy en día existen diferentes técnicas para obtener el efecto de piel morena sin necesidad de pasar horas exponiéndonos al sol.
‘EFECTO SUN KISSED’
Se trata de una técnica de maquillaje que combina los polvos bronceadores con el iluminador y que, con unos sencillos pasos, nos hace ver el rostro como si viniéramos de tomar el sol en la playa.
Por un lado, los polvos bronceadores no se aplican en todo el pómulo ni por toda la cara, sino más bien en ciertos puntos estratégicos del rostro dónde el sol suele incidir en mayor medida: las zonas altas de la cara. Estas son las partes que debes resaltar con el bronceador:
- El puente de la nariz: es una zona dónde nos solemos broncear más.
- La parte alta de los pómulos: casi tocando la ojera. Imaginariamente es como dibujar una línea horizontal entre la parte superior de cada pómulo y el hueso de la nariz.
- La zona superior de la frente: creamos un efecto antifaz.
AÑADE PUNTOS DE LUZ
Con un iluminador consigue un glow natural aplicándolo sobre las mejillas, el hueso de la ceja, el tabique de la nariz y el arco de cupido. Esto nos dará más contraste entre las zonas oscuras y las claras y nos aportará más luz al rostro.
1. Empezaremos con una base de maquillaje ligera que se funda con nuestra piel y unifique el tono de nuestro rostro.
2. Seguiremos con el corrector para disimular las imperfecciones que pueda tener nuestra piel.
3. Seguiremos con los polvos compactos Beige Rose + el colorete compacto Coral para conseguir el efecto bronceado en los puntos dónde nos suele dar el sol: puente de la nariz, parte superior de los pómulos y zona alta de la frente.
4. Aplicaremos lo mismo a los párpados para unificar todo el tono del maquillaje.
5. Añadiremos el Iluminador rosa intenso para dar brillo en la zona superior del pómulo y en los párpados. Este iluminador conseguirá realzar la luz en los puntos dónde lo apliquemos y nos dará un tono rosado muy delicado.
6. Añadimos máscara de pestañas para potenciar nuestra mirada.
7. Y, por último, aplicamos nuestro labial Coral acorde con el acabado que queremos conseguir.
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